sábado, 5 de marzo de 2011

Guardería


Te hiciste el remolón al inicio de curso, hasta mediados de octubre no comenzaste a ir a la guardería. Ni te levantabas a la hora de entrada, ni querías desayunar y mucho menos, ir al "cole". Los primeros días, siempre acompañado de tu pelota (amigos inseparables). Llorando para que tu madre no se fuera, pero luego bien que te lo pasabas con tus amigos. Sólo hacías que llorabas cuando escuchabas a tu madre que llegaba por la calle.

Te pasabas la mañana llamando a las dos maestras: Pili ("pihi") y Carmen ("kamen"). Uno de tus compañeros preferidos era Milki. Supongo juntos como el café con leche. Él es moreno y con pelo muy rizado. A ti te encantaba tirarle de los rizos.

Que gran verdad que somos "animales de costumbres". Los niños son como un reloj. A base de costumbres comenzaste a comer en la guardería. Pero ya te encargas los fines de semana de jurársela a tu madre con la comida.


Tu adaptación a la guardería se ha visto afectada por los continuos resfriados de este invierno. Una semana bien, la siguiente malito. Te empieza a subir la fiebre y al pediatra. Solías recuperarte el domingo. Tu madre te avisaba: "Mañana vamos al cole".Y rápido y veloz contestabas: "A cole, NO. Arora, si".

Uno de los disfraces en la guardería: el pastor de Navidad.

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