domingo, 1 de noviembre de 2009

Primer verano

Las vacaciones de verano, fechas en las que la sociedad se organiza para "descansar". Los niños, del colegio. Los profesores, de los alumnos y de la propia revolución que se conjuga entre hormonas desenfrenadas, calor que aturde las mentes y desgate generalizado entre papeles y exámenes. Las familias tratan de acostumbrarse a un nuevo ritmo de vida, con sus hijos danzando por casa (más o menos horas, según las actividades organizadas), sobrellevando un ritmo normal de trabajo y planificando la escapada de "unos días de vacaciones". Por otro lado, todos aquellos que sin responsabilidad directa de niños, tratan de aprovechar las horas de sol tras la jornada laboral.O bien la pequeña y agradable bajada de temperatura al caer el sol. Véanse en las piscinas y playas, bares con aire acondicionado, paseos nocturnos, helados a media tarde, haciendo ejercicio, saliendo a la calle a "tomar el fresco" ... Y por supuesto, sin dejar de contar cuántos días y minutos le faltan para que lleguen sus "vacaciones de verano".





Unos disfrutan de unos días sin trabajo, otros semanas, quincenas y los más afortunados, meses, (je). Quizá lo importante sea el matiz de disfrutar. Yo no concibo que descanso en vacaciones sea estrés añadido. Y tampoco creo que descanso suponga irse fuera del lugar habitual (irse de viaje en vacaciones). Como dice mi padre: "dónde se va a estar mejor que en casa", (ja,ja). Para mi vacaciones son descanso de carga laboral. Y en ese descanso, nada me libera más de las tensiones que disfrutar de las pequeñas cosas. Estar por casa, charlar con mis padres,mis hermanas y cuñados, reirme con mis sobrinas/os, echar una carrera por el campo escuchando música, intentar no caerme con la bici, salir con los amigos ... Pequeñas cosas que son lo más grande. Me da igual que sean aquí o allí. Lo importante son todas esas personas con las que compartes las cosas y las que hacen posible que disfrutes.


Este verano ha sido un tanto peculiar. Comenzamos una racha de médicos y hospitales. Tengo que decir que cada uno afronta las situaciones a su forma. Tu madre es valiente y esta vez, más que nunca, me ha demostrado que la fuerza la tiene que poner uno mismo para tratar de ser positivo. Todos sentimos miedo, cada uno lo manifestó a su manera. Nunca perdimos la , creyendo que todo iba a salir bien. Recuerdo que tu madre lo decía cuando hablaba con tus tías.



Las esperas en estas ocasiones son muy duras. Pero todo se olvida cuando te llaman para decirte que todo está bien. Esos abrazos y besos de alegría dan toda la fuerza necesaria para estar tranquilos.




Ese día tuvimos que darte tu pimer biberón. Tu abuela y yo estábamos completamente nerviosas. Yo trataba de disimularlo y como no tomabas la leche le decía a tu abuela que sí, que habías bebido bastante para no alarmar la situación. Era cuestión de que tuvieras hambre para agarrarte a esa tetina, y así fue. Tras varios intentos, mira cómo te quedaste:

















Desde casa, mandábamos a tus padres tus fotos, para que te vieran. Aquí estuvimos los tres cuidando de . No te dejábamos ni llorar.


Tu abuelo te cogía por primera vez, para que no lloraras en la siesta.













Tu abuela se dormía meciendo la cuna.




Y disfrutábamos de tus baños, tus sonrisas y sólo con observarte se nos pasaban las horas.






Fue un largo y tedioso proceso, en el que felicito especialmente a tu madre por su paciencia. Ella tuvo que soportar el dolor y las molestias de la operación. Muchas curas y ese pesado drenaje. Y sobretodo, la angustia de no poder cogerte. Los demás, todos y cada uno de nosotros, os ayudamos como mejor supimos. La mejor receta, mucho cariño.


Pasasteis el verano en casa. No niego que un bebé da mucho trabajo, pero la recompensa está en esas sensaciones cuando le das un besito, le cambias y se ríe. Cuando le achuchas y te entran ganas de comértelo.Cuando descansas con el simple hecho de verle dormir.


En estas vacaciones aprendí contigo y disfruté mucho de ti.











sábado, 31 de octubre de 2009

Tu bautizo

Te recuerdo vestidito de blanco, tan gordito. Todos en la Iglesia de San Pedro, esperando el acontecimiento. Miradas y sonrisas entre los bancos. Antes de empezar, te dió tu madre de comer. Don Andrés, el cura, te nombró y tu madre y tú que no salíais. Tranquilidad... no solemos ser muy puntuales (je,je). Hasta que no llegue "mi niño" que no empiece (pensaba).

Desde el banco donde nos sentamos tus padres y padrinos, sentía ciertos nervios, similares a los sentidos en las ceremonias de boda. Grandes momentos donde desborda la alegría. En esos instantes, callados, se reflexiona. Pedimos por tí.

LLegó el momento. Cuando caía el agua por tu cabeza, te asustaste un poco, como es normal. Pero tengo que decirte que fuiste el que menos se quejó.

Todo fue muy bonito y las imágenes lo reflejan.
Tras la Iglesia, continuamos la celebración en el Refugio. Allí todo estaba al detalle para pasar un día estupendo. Míranos.

miércoles, 8 de julio de 2009

Con ganas de nacer.

LLegaste un Sábado (11 de abril del 2009). La noche anterior estuvimos escuchando el redoble de tambores de Viernes Santo. Tus padres se fueron bien tempranito al hospital, con pocas contracciones... "la cosa iba para largo". Fuimos llegando poco a poco, hasta completar la familia (abuelos, tíos y primos).


Recuerdo llegar al hospital y contarnos tu padre: "dice la enfermera que todavía le queda bastante, le pinchará la oxitocina". Le dijo la médico que sin prisa fuera a comer, tu padre nos recomendó: "ir vosotros tambíén a comer, que esto va para rato". Bueno, nos dispusimos a ello, pues antes de comenzar a "abrir la boca" recibimos la alamante llamada de tu padre: "QUE YA ESTÁ DE PARTO!!!!!". LLegaste con prisa.


De ese rato desde la llamada en el bar, el hospital y la sala de espera, podríamos decir que se tocaba en el aire la tensión... vamos que sin decir ni pío allí estábamos todos con unos nervios!!!. Tú abuela y yo, ya nos habíamos colado en el pasillo donde ponía claramente:"PROHIBIDO EL PASO". Como ya nos entallaron, no volvimos a repetirlo... pero con ganas nos quedamos.


De pronto, salió tu padre a decirnos que habías nacido. Que estabas estupendo. Que tu madre estaba bien. Y claro, todos emocionados fuimos celebrándolo con besos y abrazos.

Una de las imágenes más bonitas que puedo contarte, es el momento que llega tu madre contigo. Ella tumbada con los ojos llenos de lágrimas de la alegría.Tú tan frágil, pequeño. Y tu padre mirando con cara de felicidad. Todos los allí presentes, alrededor, observándote.


Otra de las estampas para describir, cuando te subieron a la habitación y estabas en la cunita. ¡Qué niño tan bonito!. Eras muy largo. Con mucho pelo, moreno. Parecía que te habían retocado la melena, con tus patillas perfectamente afiladas. Tus ojitos achinados. Y te movías como si ya tuvieras meses.






Es cierto, los bebés traen alegría. Será por el olor tan especial que desprende "la vida". LLegaste con ganas de nacer.

miércoles, 17 de junio de 2009

Quisiera contarte.

Pensaba en qué regalarte como madrina. Me gustaría encontrar algo que te durara para siempre. Complicado, sí. Debía reunir algunas condiciones especiales, que no fuera sólo un simple regalo material.

Quería contarte cómo ha sido este tiempo, desde aquel sábado que viniste al mundo. Una carta, necesitaría ser un documento poco práctico y demasiado extenso. En la época en que vivimos, los blogs son una herramienta novedosa que se usa con frecuencia debido al boom informático.Imagino que dentro de unos años, cuando este documento caiga en tus manos, la informática habrá avanzado tanto que quizá existan otros "3000 y pico" (o más, je) de herramientas para guardar este tipo de historias mediante Internet.

La idea es ir narrándote las cosas especiales que vivimos desde el día que naciste, !qué bonito eras!. Describirte momentos especiales de la familia, que como eres tan pequeñito te las contaremos cuando seas mayor. Incluso, se me ocurre, que cuando el blog coja forma, puedo invitar a tus padres, tus abuelos y tíos para que te escriban algo.

Será un laborioso libro. En él podrás leer todo cuanto no fuiste consciente. En él contaré momentos realmente especiales, para que los tengas presentes. En él escribiré pequeñas cosas de la vida, esos detalles que te hacen reflexionar y aprender. Es un medio de acompañarte. Podremos recordar juntos.

Trataré de cuidarte como mejor sé. Quisiera enseñarte lo que poco a poco se va aprendiendo en cada pasito, cómo lo afrontamos y cómo conseguimos ser felices.

Sería magnífico que aprendieras de estas líneas. Pragmaré mis recuerdos, sentimientos, consejos y deseos. Mientras yo te veo crecer.

Quisiera contarte... lo bonita que es la vida.